La violencia estructural la encontramos en el conjunto de instituciones que forman la sociedad. Este conjunto de instituciones a través del sistema cultural sitúan lo «masculino» como medida para la toma de decisiones que influyen a todas las personas. Esta falsa neutralidad no tiene en cuenta las posiciones que ocupan mujeres y hombres en la sociedad, lo que influye en que las desigualdades existentes se sigan manteniendo. En muchas ocasiones invisibles a los ojos de la mayoría. La violencia estructural, como el propio concepto recoge, es el funcionamiento general de la estructura de la sociedad, la cuál se asienta en unas creencias concretas basadas en los roles y estereotipos de género.

Algunos ejemplos de violencia estructural:

  • Brecha salarial: los hombres cobran más que las mujeres por el mismo trabajo.
  • Techo de cristal: barreras aparentemente invisibles que impiden que las mujeres asciendan en sus puestos de trabajo.
  • Cuidados y trabajo doméstico: reparto desigual entre mujeres y hombres. Se presupone que son competencia de las mujeres.
  • Feminización de la pobreza, la mayoría de personas en situación de violencia son mujeres.
  • Cosificación de los cuerpos de las mujeres
  • Sistema patriarcal
  • Androcentrismo
  • Idea del amor romántico como ideal de pareja 
La violencia estructural es el resorte que perpetúa la opresión y subordinación tanto de género como de clase y raza. No es un tipo de violencia, sino que es la que provoca, mantiene y reproduce tipos de violencia como:
  • Violencia física
  • Violencia psicológica
  • Violencia económica
  • Violencia Sexual
  • Violencia en el contexto laboral

El funcionamiento general de la sociedad se basa en la desigualdad entre mujeres y hombres.